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Enlace al horror monumental
Información al respecto obtenida en www.madridesmadrid.com:
Este árbol es un elemento multifuncional, con capacidad para adaptarse climáticamente, crear un entorno acondicionado y generar actividad a su alrededor. Los árboles, y la vegetación en general, son herramientas fundamentales para la generación de espacios exteriores acondicionados. Sin embargo requieren tiempo, años en desarrollarse plenamente.
Los árboles de aire funcionarán desde el primer momento como soportes abiertos a múltiples actividades elegidas por los usuarios. Instalados en la no-ciudad como prótesis temporales, actúan como sustitutivo de un arbolado de gran porte, que en un futuro será capaz de regular bioclimáticamente por sí mismo el lugar, y pasado ese tiempo, los espacios contenidos por los cilindros, permanecerán como “claros en el bosque”, pudiendo ser desmontados y así trasladarse a otro lugar que necesite el mismo proceso de activación.
Los “árboles de aire” son energéticamente autosuficientes, consumiendo anualmente lo que son capaces de producir mediante los sistemas de captación de energía solar fotovoltaica que los coronan. La venta de esta energía a la red eléctrica genera un superávit en el balance anual, que se reinvierte en el mantenimiento del resto de instalaciones del bulevar bioclimático. Esto último no es otra cosa que un modelo de gestión de los recursos de un proyecto en el tiempo.
Funcionamiento Bioclimático
El uso de la tecnología juega en este proyecto un papel crítico y decisivo adecuándose a un contexto real y concreto. El potencial arquitectónico de la tecnología reside en su reprogramación y combinación con otros elementos configurando verdaderos ready-mades arquitectónicos. En este caso se toman prestadas técnicas de climatización usadas habitualmente por la industria agrícola.
El sencillo sistema de climatización pasiva instalado en los árboles de aire está basado en el enfriamiento por evapotranspiración, aplicado frecuentemente en invernaderos y es capaz de rebajar en torno a 10º C la temperatura ambiente, dependiendo de las condiciones de humedad y temperatura ambientales. Esta práctica aerotécnica o acondicionamiento artificial, no forma parte de una estrategia comercial, antes bien trata de desligar el binomio ocio-consumo, y reactivar el espacio público, creando entornos acondicionados (8-10ºC más fresco que en el resto de la calle, en verano), en los que el ciudadano forme de nuevo parte activa del espacio público.
En la coronación de los árboles de aire, unos captadores de viento orientables introducen aire en las torres. El caudal de aire es impulsado por un ventilador y atraviesa una nube de agua atomizada, se carga de humedad y así reduce su temperatura alrededor de 8ºC durante los primeros metros de caída.
El sistema entra en funcionamiento cuando un sensor de temperatura detecta temperaturas superiores a 27ºC en su entorno. Es especialmente eficaz con altas temperaturas y humedades relativas bajas (condiciones habituales en Madrid durante el verano).
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